La pintura no me dice nada, la escultura menos, el cine rara vez me conmueve y la poesía a veces no es del todo directa. Son cuatro acordes y una voz con rabia lo que hacen que los primeros segundos de una canción lleguen a ponerme la piel de gallina. Y como a mi, a cualquier persona del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario